sábado, 3 de julio de 2010

Tributo en vida

Un dia como cualquiera mi madre llamo y me pido que fuera a su trabajo. Sin saber que esperar, llegue a su trabajo entre en su oficina y dijo -esperame aqui- Como de costumbre empece a jugar con la pluma que tenia mas cercana mientras mis pensamientos se hiban de este mundo.
Ariel......Ariel....
Como si me jalaran con un baston de esos que utilizan para sacar a los comicos malos, asi me senti al regresar a la tierra y escuchar la voz de mi madre. La mire y ella aun seguia diciendo mi nombre mientras sostenia una cajita de zapatos en sus manos. ¿Qué es eso? -le pregunte- Aunq la respuesta era obvia me dio mucha alegria de lo q no fuera. -Abrelo- me dijo al moemnto de que ponia la caja en el escritorio, esta se movio y mis ojos se abrieron como platos ¿Qué es? -volvi a preguntar- Lo vas a abrir o no? Me decidi a abrirlo y dentro de la caja habia un perrito blanco chino, chino, q parecia rata mas que un perrito -me cabia en la palma de la mano- era una perrita french pudul y yo estaba maravillado. Es para tu hermana -dijo - No me gusto lo que oi, ya que mi hermana en ese entonces era como un ogrito que todo destruia, pero sabia que hiba a cuidarla. -Tenia esa esperanza o lo queria creer-

De regreso a casa, no podia dejar de jugar con la perrita, me intentaba morder y sus dientitos no me hacian mas que cosquillas - creo q fue amor a primera vista- en el camino recorde que los perritos al lamerte la cara reconocen a sus dueños y pues hice la maldad, en vez de darcelo a mi hermana, deje q me lamiera y le dije que era suyo, pero por dentro sabia que no je.

Antes de llegar a la casa, la escondi en su cajita y me la guarde debajo de la camisa, cbusque a mi hermana y las ansias me ganaron y le enseñe lo que habia dentro de la caja. Se puso como loca (ella siempre quizo un perrito) y la acaricibia y la aggarraba pero la perrita solo queria estar conmigo je (mi truco funciono o mas bien lo que escuche era cierto).
La perrita se llama Magui, ya esta viejita, le huele la boca, esta greñuda y mugrosa, pero es mi perrita y siempre que llego a casa, ahi esta ella moviendo su colita y haciendome fiesta. Cuando duermo se acuesta en mis piernas y aunque no me deja mover agusto, no se que haria el dia que no sienta su cuerpecito en mis piernas, me da miedo pensar cuanto tiempo le queda conmigo o cuanto tiempo estare a su lado asi que lo unico que se.....es que un angelito vestido de perrito llego a mi vida y a mi corazon y se que aunque ella ya no este, siempre la voy a llevar toda la vida en mi corazon. Gracias magui, gracias por elegirme entre tanta gente. Gracias!

1 comentario:

  1. Nos aferramos tanto a los animales, porque en ellos encontramos la fidelidad, dulzura y apego que a veces no logramos encontrar en nadie más... nos dan lecciones permanentes de humildad y cariño, son pequeños tesoros. En mi casa, las mascotas son todas parte de la familia, no quiero ni pensar el día que mi perrito ya no nos acompañe, ya sufrí la pérdida de una pequeñita y fue terrible. Sigo recordándola.

    besos!

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